Un nuevo comienzo: Blossom florece en el Museo de Málaga

Blossom ya está en el Museo de Málaga. Después de meses de trabajo, decisiones y mucha ilusión, por fin hemos abierto las puertas de nuestra nueva casa, un espacio que respira historia, arte y memoria, y que nos inspira cada día a seguir evolucionando sin perder nuestra esencia.

Estar en el Palacio de la Aduana, con la Alcazaba frente a nosotros y la ciudad latiendo a nuestro alrededor, es un privilegio. Desde el primer momento supe que este lugar tenía algo especial, una energía que conecta pasado y presente, tradición e innovación, justo lo que siempre he buscado transmitir con nuestra cocina. Este traslado no ha sido simplemente un cambio de ubicación, sino una manera de darle a Blossom un nuevo contexto, un entorno que dialogue con lo que somos y con lo que Málaga representa.

Emi Schobert, Blossom.

Nada de lo que somos se pierde en esta nueva etapa. Seguimos siendo Blossom, con la misma mirada, el mismo respeto por el producto, la misma búsqueda de la emoción en cada plato. Pero ahora, rodeados de arte y luz, nuestra cocina se expande, se transforma, se deja influir por lo que nos rodea. Creo que cada rincón del museo nos invita a reinterpretar lo que hacemos, a encontrar nuevas formas de contar nuestra historia.

Mover un restaurante nunca es un proceso fácil. Hay una parte logística, técnica y práctica que exige precisión, pero también hay una parte emocional que te atraviesa. Yo intento vivirlo con calma, sin dramatismo, con la convicción de que cada cambio importante trae crecimiento. Hoy siento que todo el esfuerzo ha valido la pena.

Sabíamos que había llegado el momento de dar un paso más, de abrirnos a un nuevo escenario que nos permitiera seguir creando sin límites. El Museo de Málaga representa ese siguiente capítulo, un lugar donde la historia y la gastronomía pueden convivir, donde el arte se siente y también se saborea. Aquí, cada servicio se siente como una conversación entre el arte y la cocina, entre la tradición y lo contemporáneo. Y eso, para mí, es lo más bonito de todo.

Os invito a que vengáis, a que recorran el museo, a que os dejéis envolver por la historia y, después, os sentéis a la mesa con nosotros. Que viváis esta nueva etapa desde dentro, con el corazón abierto y el paladar curioso. Porque lo que hacemos en Blossom sigue siendo lo mismo de siempre: cocinar para emocionar, para compartir, para crear recuerdos.

Gracias por acompañarnos en cada paso de este camino. Este nuevo comienzo no sería posible sin vosotros.