El camino de la intuición culinaria: hacer y dejarse sorprender 

Hay similitudes entre la cocina y las distintas expresiones del arte que me fascinan. La fotografía es una de ellas. "Capturar primero y descubrir después" podría decirse que es el lema del fotógrafo japonés Daidō Moriyama, quien es reconocido mundialmente por su estilo documental y su enfoque espontáneo de la fotografía callejera. Sus fotos retratan la esencia del momento sin estar limitado por una visión preconcebida, permitiendo que la creatividad fluya de manera más libre. Este mismo concepto es el disparador, el primer impulso que siento a la hora de diseñar, ya sea un plato, un molde de cocina o, incluso, un menú completo. Tomar esa decisión, descomprime la necesidad de ver el resultado antes de finalizar todo el proceso. Y es ese, justamente, el camino que elijo transitar en la cocina. No tengo un método en particular, pero, una vez que aparece una idea, la hago propia, me identifico con ella, tomo papel y lápiz y empiezo a desarrollar lo que aparece en mi cabeza hasta que cobra vida. Hacer y dejarme sorprender con el resultado porque entiendo que la cocina se oxigena y revitaliza con la exploración de nuevos horizontes, dejando los preconceptos de lado. En otras palabras, dejar que la intuición abra su propio camino.

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Gastronomía y diseño, dos lenguajes que se retroalimentan

En mi carrera culinaria, el diseño se hace presente de diversos modos. Desde pensar un plato en particular y su lugar dentro del menú, hasta diagramar los espacios de una cocina o bocetar una bandeja para Bocuse d’Or –concurso de cocina en el cual participé dos veces como representante argentino-. La cuestión estética es parte indisoluble de la experiencia gastronómica porque hay elementos muy íntimos y emocionales que se vinculan con la morfología de los objetos. La cocina es un lenguaje y el diseño es una de las múltiples formas de expresar ese lenguaje. Cada ingrediente, técnica culinaria y montaje en el plato cuentan una historia, comunican una tradición o transmiten una emoción. De la misma manera, la elección de la vajilla y el orden de los platos en el menú degustación, suman una capa de complejidad en la trama que expresa la identidad de la propuesta de Blossom, uno de los nuevos Bib Gourmand de la Guía MICHELIN España 2024. 

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Una nueva experiencia culinaria en el centro histórico de Málaga

Hoy, en mi cocina, me permito reinterpretar distintas influencias gastronómicas, productos, culturas y saberes para crear, más que un menú, un concepto en evolución constante. Esta idea da sentido y respuesta a mi mirada sobre la profesión gastronómica, porque aprendí que es más fácil que se entienda lo que propongo si yo puedo sentirme representado. Soy argentino y en mi historia confluye la herencia de cuatro culturas muy disímiles: alemana, sueca, española e italiana. Mi ADN me permite unir orgánicamente todas estas tradiciones, hacerlas coexistir y evolucionar a través de la cocina fusión moderna. Un estilo que me permite crear con mucha libertad. Un viaje ecléctico donde hay un diálogo permanente entre técnicas e ingredientes, terruños y costumbres, en el cual las fronteras se borran y lo local y lo global se entrelazan y enriquecen. Hoy, más que nunca, la cocina es un terreno fértil donde puedo diseñar una nueva experiencia culinaria que busca sorprender, en el encanto del centro histórico de Málaga como escenario.

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