¡Mucho gusto! Soy Emi Schobert
¡Hola! Soy Emi Schobert, el chef de Blossom. Quiero presentarme y contarles de dónde vengo.
Soy argentino, nací en Buenos Aires en 1974 y soy el segundo de tres hermanos. Como muchas familias argentinas, la mía es un gran crisol de culturas gracias a la inmigración que llegó de Europa. En mi casa, somos descendientes de alemanes e italianos y el “buen comer” siempre fue muy importante. La cocina era el centro de reunión y, probar distintas recetas tradicionales, una de las actividades predilectas de la familia.
Años más tarde, llegó el momento de estudiar una carrera. Si bien me gustaba mucho la cocina, mi sueño era ser maestro rural. Hice todo el magisterio, siempre con la idea de dar clases en algún pueblito remoto de Argentina. Cuando terminé de cursar todas las materias, decidí tomarme unos meses sabáticos y me fui a conocer Córdoba, una hermosa provincia en el centro del país.
Al poco tiempo de estar allí, conocí a Lucía. Puedo decir que el flechazo fue inmediato. Nos enamoramos y a los tres meses ya esperábamos a nuestro primer hijo. Ambos éramos muy jóvenes. Con un bebé en camino, las prioridades cambiaron rápidamente y tuve que conseguir un empleo. Entonces, empecé a trabajar como cocinero, por la necesidad de generar un ingreso, pero también porque me salía muy bien. En mi casa había aprendido mucho. Hice de mi pasatiempo, la cocina, mi trabajo. Encontré la manera de disfrutarlo, aunque no siempre fue fácil. En paralelo al trabajo, empecé a estudiar la carrera de cocinero profesional en Córdoba. Me gustaba profundizar en conceptos y técnicas culinarias y leer historia de la gastronomía. Leía, probaba nuevas recetas y trabajaba muchas horas.
Luego del nacimiento de Marco, nuestro primer hijo, y ya recibido de cocinero, era hora de comenzar una nueva etapa. Nos mudamos a Bariloche, en la Patagonia, un destino turístico internacional rodeado de lagos y montañas al pie de la Cordillera de los Andes. La gastronomía y la hotelería son dos de las actividades económicas más pujantes de esta ciudad. Los primeros años trabajé como jefe de cocina en distintos restaurants y hoteles. Sin embargo, sentía que necesitaba pasar más tiempo en familia y, a su vez, tener un proyecto propio donde pudiera sentir que no había un “techo” para crecer. Era momento de emprender por cuenta propia.
Lucía era especialista en marketing y comunicación, yo era cocinero y, además, había estudiado magisterio. El nuevo proyecto decantó solo y en él puede emprender en familia y unir mi vocación por la educación y la gastronomía. Así nació en 2007 El Obrador Escuela de Arte Culinario. ¡Fue un milagro en todo sentido! Me dio la posibilidad de estar en una cocina enseñando a cocinar, haciendo de cada clase algo muy similar a un servicio, con un resultado impecable. La escuela empezó a crecer rápidamente en cantidad de cursos y alumnos, gracias al compromiso y esfuerzo del gran equipo de personas y profesionales que trabajan en ella. Después, se sumaron las carreras de formación profesional: cocinero y pastelero. El Obrador se afianzó rápido y me dio la oportunidad y la tranquilidad para buscar nuevos horizontes para seguir creciendo como chef. Así empezó mi interés por participar en concursos de cocina. Planificación, disciplina, precisión, creación, innovación, tensión, estética, sabor. Un mundo aparte dentro de la gastronomía se abría ante mí. Nunca miré lo que hacían los otros competidores, porque competía para superarme. Y hacerlo siempre mejor: más rico, más lindo, más caliente. Mi convicción por el nuevo rumbo elegido me dio la oportunidad de representar a mi país en dos ediciones del Mundial de Cocina Bocuse d’Or en Lyon, en 2015 y en 2019. Fueron muchos años de sacrificio y entrega, de mucha inversión no sólo de tiempo y energía, sino también de recursos. Nunca padecí los resultados, porque siempre me alegré por el proceso. Hoy, me siento muy agradecido y satisfecho con la idea de ser parte de la “familia” Bocuse.
“Vivir es cambiar” dice un viejo tango. Y al igual que mis bisabuelos, yo también emigré. Aunque lo hice al revés: de América del Sur a Europa. De Bariloche a Málaga, donde estoy actualmente con mi esposa e hijos desde 2019, con un nuevo proyecto que ha comenzado a florecer: Blossom.
¡Bienvenidos!